♙ I might be a pawn, but I fight like a king ► Norell.

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

La biblioteca se había convertido en la nueva habitación de Ansie, literalmente. Tenía sus libros todos tirados por una mesa, las gafas que llevaba hace dos días en una de las sillas y el gorro que usaba para estudiar sobre uno de los libros. A la bibliotecaria no le importaba ésto pues pocos alumnos frecuentan el lugar, y usan las mesas de la entrada, nunca las del final. Vaguedad, seguramente.

En ésos momentos la cabeza del joven yacía sobre la mesa, con un libro de Historia de la Magia sobre su cabeza. Se había pasado las últimas dos horas haciendo los deberes de unos alumnos de Eldesson, que no eran capaz de responder preguntas muy simples. Al terminar los deberes que le habían entregado los alumnos, decidió estudiar para una prueba que tenía en dos días. Historia de la Magia no era su asignatura favorita, más porque daban hincapié en como empezó la dictadura, y como "la paz" llegó al país.

Soltó un gran suspiro y se quitó el libro de la cabeza, dejándolo sobre la mesa para empezar a leerlo de nuevo. ¿Por qué tenía que ser tan aburrido?

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

Algo que tranquilizaba a la joven de Vattensson era la lectura en silencio y solía acudir varias vecesa la biblioteca pues en su sala común siempre estaban cuchicheando y gritando. Acarició los libros de la biblioteca y cogió uno al azar pero con un nombre interesante. En las primeras mesas había gente "estudiando" pero hablaban entre ellos por lo que Norell, como hacía habitualmente, se fue a las del fondo donde no solía haber nada. Pero aquél día era una excepción estaban ocupadas porque pronto habría un examen importante, sobre historia de la magia. La única vacía era donde se sentaba Ansie, aquel repudiado. Se sentó alejada de él y abrió su libro para leer mirando de reojo al joven.

Colocó su varita cerca de los apuntes sin que él lo viese y sin decir palabra conjuró el hechizo Aguamenti, controlando que la cantidad saliese despacio, viendo así como sus apuntes empezaban a empaparse.

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

¿Cuándo llegó a la mesa? El joven no se había dado cuenta del arribo de la chica, que había pasado desapercibida. ¿Llevaría ahí mucho tiempo? Seguramente mirándolo, pensando que clase de deberes le tenía que dar. Norell era la que más molestaba al joven, era la más pesada. Aunque no podía negarse que es guapa, sí. Los pensamientos sobre ella sólo son de como devolverle lo que ella le hace, aunque nunca ha sido capaz de conseguir sus planes.

Sin darse cuenta, los apuntes del chico de séptimo empezaron a llenarse de agua. No tuvo que ni mirar, estaba claro quien era la culpable. Con toda la rapidez que pudo sacó todos los papeles de donde el agua se había esparcido y lo puso sobre una silla al lado de Ansie. Si el Luftsson no hacia algo, el alumno de Eldesson le mataría, y no quería eso. Dylan no es fuerte y el alumno terminaría con el chico en dos segundos.

▬ ¿Por qué? ▬ preguntó. Estaba harto de la chica, no podía tocarla y sus insultos no le hacían daño alguno, pero tenía que dejarse expresar, y las palabras que Ansie sabía no son usadas de forma frecuente. ▬ Estólida. ▬ maldijo, con conocimientos que la chica no le entendería.

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

El molestar a Ansie se había convertido en una pequeña rutina de la cual disfrutaba. Odiaba a la gente son sangre muggle y Ansie era uno de ellos, por muy inteligente que fuese era sucio y todo sucio debía morir. No despegó los ojos del libro ni si quiera cuando escuchó sus palabras, alguien como él no tenía derecho a una mirada tan expresiva como la de Norell, aunque en ciertas ocasiones no miraba a las personas por miedo a que estas pudiesen navegar por su mente y saber sus oscuros pensamientos, sus debilidades.

▬ ¿Por qué un sucio en el colegio? No eres más que escoria, todos los tuyos los sois y no os merecéis la oportunidad de acudir a una escuela como esta. Vuelve al mundo muggle y púdrete en él. ▬ Norell intentaba mantenerse serena y tranquila pues sus manos podían estar sueltas y no sería bueno para su casa que una de éstas se estampase en la cara del joven como volviese a pronunciar aquél insulto que por desgracia entendía. Su mirada seguía fija en el libro, sin leer pero sin mirarle a él.

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

▬ Deberías aprender a no generalizar, querida, mi familia desciende de puros, más puros que los de la tuya. ▬ si se seguía el tramo que los Nyström habían dejado, encontrarías a consejeros de Cónsul e incluso jueces supremos Rättvisa. Su familia era una de las más nobles y puras que podían existir, pero fue su padre el que terminó dicha pureza en la familia. Muchos Nyström perdieron los contactos que tenían por dicha traición, pues su padre se había casado con una mestiza y no con la mujer con la que sus padres habían decidido.

Pero claro, a nadie le importaba éso. Ansie tenía sangre muggle corriendo por sus venas, y eso significaba que era como los demás, era un sangre sucia. El joven no le tenía asco a los muggles y mestizo, pero ellos tampoco le respetaban mucho al chico. Para ser más claro, Ansie estaba solo en el mundo, sin ningún verdadero amigo. Si le hablaban los puros era para decirle que debe hacer, y si le hablaban los sangre sucia era casi para lo mismo, o para hacerle una broma. Ansie no era respetado por nadie, todos le molestaban. ¿Por qué la vida tenía que ser de ésta forma? En Suecia solo había racismo hacia los muggles, algo que Ansie no aceptaba. Deseaba ser sangre pura para mostrarle al mundo lo que puede llegar a conseguir. ¿Te imaginas a Ansie de Cónsul? Él sí, aunque probablemente tú no.

Tomó una pequeña cantidad de papeles que había a un lado de la sala y con esos papeles empezó a limpiar la mesa para secarla. No tenía que hacerlo, pero cuando la bibliotecaria se acercara al lugar le obligaría a Ansie a hacerlo, estaba claro que Norell le inculparía, y ella siendo sangre pura no sería culpada. ▬ Niña inútil. ▬ comentó. Sabía que en su posición no debía insultar, pero le daba igual. De una forma u otra terminaría castigado por no hacer nada.

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

▬ No me importa tu familia, tu sangre está sucia por lo que tu lo eres, eres un estúpido traidor.▬ Aquél último adjetivo tenía doble significado, el traidor al régimen y el traidor de Norell, quien le mintió a cerca de su sangre cuando tan solo tenían ocho años, cuatro años engañada de aquella manera. La mirada de la joven continuaba en el libro hasta que escuchó el Niña, seguido de inútil. Desvió la mirada del libro y clavó su mirada en la del joven como si se tratasen de cuchillos que iban directos hacia él. Se levantó lentamente y se acercó a él, acortando las distancias para imponer miedo, su hermano siempre lo hacía cuando amenazaba y lo había tomado como ejemplo.

▬ Nunca. Repito. Nunca más vuelvas a llamarme así, sucia sabandija. ▬ Su nariz estaba a escasos centímetros de él y sus ojos redondos y azules lo miraban desafiante. Si las miradas matasen, Ansie hubiese muerto el día en el que le pusieron en la casa tan repudiada. ▬ No tienes derecho alguno a dirigirte a mi y mucho menos de esa forma.▬ La varita de la joven se clavaba con fuerza en la barriga de Abnie.

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12 de Enero ▬ 16:27 ▬ Norell

Norell era una niña arrogante que se creía ser la reina del mundo, pero sería Ansie el que pusiera los pies de la chica en la tierra. Todavía podía acordarse de ésa chica cuando solo tenía ocho años de edad, y como sonreía. Su sonrisa... ésa sonrisa fue la que hizo que el joven se enamorara de ella, pero el día que Norell se enteró de la verdad, todo cambió. No más risas ni conversaciones hasta la noche. No, solo habían insultos y más insultos. Pero Ansie nunca le mintió, no, el problema es que hasta que entró a la academia, nunca supo su estatus, algo que era culpa de su padre. La mirada de Ansie era penetrante, pero parecía como si el escudo de Norell era tan poderoso para no ser roto por el joven. Se podía decir que estaban en una batalla de miradas, y ninguno perdía.

Las palabras se clavaron en el corazón de Ansgard, sin saber que decir. Estaba claro que el chico había sobrepasado los límites de la chica, y que ella había perdido el temperamento. Las palabras eran tajantes y se podía notar el odio en ellas, pero la varita fue la gota que colmó el vaso. Soltó un leve grito para luego levantarse, apuntando con su varita a la chica. Le daba igual si terminaba castigado, le daba igual si la gente le veía, no iba a aceptar que la chica le siga insultando, y menos que amenace. — Eres un revoltijo de las peores cualidades humanas. — comentó, haciendo un insulto que pareciera otra cosa.

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